miércoles, 20 de junio de 2012

Corazones cinco estrellas


La risa hasta que te duela el estómago, las lágrimas de felicidad, un abrazo tan grande que te evada del mundo y ni oigas el resuello de tu respirar, un beso, una sonrisa que detenga el tiempo… son cosas que no se pueden fingir. Es algo que te llena, que te completa y te lleva a una dimensión inequívoca de alegría, a una antesala del recuerdo que con el tiempo sus paredes se fortalecen. Que te define. Las personas que se cruzan en tu vida no han sido colocadas ahí por azar. Las palabras pueden mentir, los hechos no. Y el hecho de que tú seas consciente de lo que quieres a esas personas, de lo que serías capaz de hacer por ellos, te hace más fuerte, más humano en su verdadera esencia, mejor. Hay lazos que no se pueden cortar ni quemar, ni siquiera deshacer si las manos de una sincera amistad lo anudaron. El mejor querer es el que todavía no hemos escrito. Puestos a decir cosas bonitas podría dar nombres, cada uno que elija su traje a medida. ¿Qué van a saber de nosotros aquellos que no han recorrido nuestros pasos? ¿Qué van a saber de ti y de mí aquellos que abandonaron el camino? No tengo tiempo ni ganas para odiar a la gente que me odia, hay barreras mucho más altas que la hipocresía o el interés y estoy demasiado ocupado queriendo a la gente que me quiere y sonriéndole a la vida. ¿Quién juzga a quién? Escribir es una manera de fotografiar el pensamiento, y hay gente que fotografía la nada, un humo exhalado por su alma en calidad réflex. Queda mucho por reír y llorar y abrazar y besar y sonreír, y lo que viene después de reír y llorar y abrazar y besar y sonreír es mejor todavía, os lo aseguro. No importa el lugar, no importa el momento, importa la persona. Increíble es que exista gente así que te sorprenda tanto y para bien, en un mundo donde se añoran los tiempos en los que para encontrar a un gilipollas, había que buscar. El cómo llegar a querer tanto a estas personas no se puede definir, es demasiado complejo, como un sueño. ¿Y por qué no vamos a soñar, si es gratis?